El siguiente post fue escrito por Jairo Hott, director de Hermética Consultores y publicado en el blog de Araucanía Digital el día 18 de mayo de 2020. Y aborda temáticas de educación en tiempos de crisis.
El concepto de aprendizaje a distancia se ha utilizado durante poco más de cuatro décadas. Originalmente se materializó en aprendizaje a través de correspondencia, evolucionó hacia el aprendizaje mediatizado a través del aparato de información y comunicación (unidireccional) más masivo de esa época, la televisión. Recordado es el programa de formación a distancia que marcó un hito en temas de aprendizaje no presencial en Chile: Teleduc. El aprendizaje a distancia evolucionó a la par con las tecnologías digitales, las cuales permitieron acuñar en la década de los 80 el concepto de e-learning.
Las respuestas a la invitación fue inmediata. Las grandes casas de estudio del mundo vieron en él la posibilidad de ampliación y escalamiento de sus tradicionales modelos de negocios. Tradicionalmente vinculados a la gestión del conocimiento presencial. Las tecnologías digitales fueron penetrando estas organizaciones educativas, generando un proceso de apropiación lento y supeditado a elementos vinculados a lo que tempranamente los estudiosos de la sociedad del conocimiento denominaron “Brecha Digital”.
La evolución del e-learning avanzó hasta convertirse en lo que hoy conocemos como MOOCs, y su correlato comercial en las universidades. Las que acuñaron el concepto de Universidad Abierta, el que a su vez emuló el éxito de plataformas de aprendizaje abierto como Khan Academy, Udemyy Coursera.
Paralelamente, los establecimientos educacionales avanzaban a sus propios ritmos en la incorporación de TIC, influidos entre otras cosas por su dependencia administrativa: tradicionalmente educación pública, privada y mixta (particular subvencionada).
La importancia y reconocimiento del uso de TIC en la educación fue tan evidente, que los Estados diseñaron e implementaron políticas públicas para acelerar y facilitar su incorporación, dando pie a la creación de programas tan relevantes como el ya mítico proyecto Enlaces.
La incorporación de tecnologías en procesos de enseñanza siempre fue una alternativa, es decir, se podía o no avanzar en ese camino, dependiendo de la voluntad política de los tomadores de decisiones y los aspectos de brecha digital expuestos anteriormente.
Todo este proceso, lento pero consistente, se vió completamente resquebrajado tras el surgimiento de la gran Pandemia del año 2019. Esta enfermedad afectó directamente a las instituciones educativas, lacerando sin preámbulo la posibilidad de dar continuidad a las clases en modalidad presencial, durante un periodo hasta ahora indeterminado de tiempo.
El camino para dar continuidad a los procesos de enseñanza encuentra en las tecnologías digitales un refugio sin igual, una interfaz digital inmune los virus del mundo análogo, cuya apropiación por parte de las sociedades tiene carácter irreversible. Esto hará de la educación post pandémica un lugar donde los bytes jugarán un rol particularmente protagónico.
En este contexto, aquellas instituciones que iniciaron este camino antes, tienen ventaja y por tanto experiencia, y serán seguidas, emuladas e imitadas por aquellas que se resistieron; poniendo a los cerebros de este siglo en la dicotomía de abrazar las tecnologías digitales para dar continuidad a su proceso de enseñanza, o sucumbir.
Lo anterior lleva a reflexionar sobre cuales son las estrategias más acertadas para poder avanzar en este camino, y a mi modo de ver, estamos en mejor pie que antes. Esto pues aspectos como la sensibilización y la identificación de sentido para la incorporación de TIC por parte de los sujetos, están resueltos.
1. Articular esfuerzos de los cuatro ejes estratégicos definidos para establecer ecosistemas de innovación abiertos, tales son:
1.1 Estado: Ministerios de educación, sostenedores y organizaciones afines. Estos, deben definir las políticas públicas y normativas sobre las cuales se generará la cooperación de los distintos sectores, definiendo los énfasis y hoja de ruta. El Estado debe generar un espacio de colaboración y contexto, para que el sector empresarial impulse nuevas herramientas tecnológicas o replantee su manera de operar en base a nuevos escenarios.
1.2 Privados: Empresas tecnológicas deben proveer de manera colaborativa soporte tecnológico para la educación, como software, hardware y banda ancha. Estas empresas deben asumir el desafío de replantear sus modelos de negocios, los cuales deben ser mucho más abiertos, sociales y colaborativos. Transitando resolutivamente hacia el camino de la digitalización y la generación de datos. En este nuevo escenario se hace fundamental abrir sus plataformas, incluir acceso gratuito a los usuarios y/o acceso en modalidad freemium.
1.3 Universidad: De tal manera manera que asuman el liderazgo en este nuevo modelo de gestión del conocimiento, transmitan su experiencia y guíen la exploración de la hoja de ruta.
1.4 Ciudadanía. Involucrando a estudiantes, apoderados y a toda la comunidad escolar en el proceso. Asegurando transparencia, accountability y propiciando ambientes de aprendizaje motivantes.
2. Aprender aprendiendo. No existe modelo en el mundo que plantee de manera absoluta el paradigma de la educación a distancia como vía única. En este sentido, uno de los desafíos más imponentes que surge, es recuperar la motivación de los estudiantes y fomentar su participación en las distintas fases de su aprendizaje. En este sentido, la incorporación del juego en procesos de aprendizaje es fundamental. La incorporación de herramientas altamente interactivas y de gamificación pueden situarse como un tremendo gancho para garantizar su participación.
Un ejemplo de esto es el proyecto Liga del aprendizaje, proyecto que ha sido validado en ambientes de aprendizaje presenciales, del cual destaca un exitoso caso de uso en el Instituto Claret de Temuco. Esta iniciativa demostró que los estudiantes no responden todo lo que conocen o son capaces de hacer, si no que existe más bien una desmotivación por hacerlo, debido a lo aburrido que se tornan los ambientes de aprendizaje tradicionales, encontrando en la gamificación, una excelente herramienta para reconquistarlos.
El desafío es enorme y no existe una fórmula para lograrlo. Mediante tecnologías emergentes como la gamificación, la simulación y aprendizaje basado en la experiencia en general, son parte de la ruta a seguir.
El estudio “Future Workforce” (recién lanzado) concluye que los sistemas de educación y capacitación en Chile no están actualmente equipados para enfrentar las demandas del mercado laboral del futuro, por lo cual es necesario asumir este desafío ahora.
En Numik ya comenzamos esta exploración, y hemos habilitado un ecosistema de recursos digitales para el aprendizaje, que pretende responder a este llamado, generando innovación desde el sur del mundo, de manera pertinente y articulada con el ecosistema regional. Algunos de nuestros productos son:
Finalmente, es preciso relevar la importancia de generar instancias de interacción e intercambio de experiencias y buenas prácticas, como lo será el evento organizado por Araucanía Digital, Swip, a realizar el próximo día martes 15 de mayo del 2020, en el cual estaremos presentando nuestro método de trabajo.